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UN CUENTO PARA TODOS

Este proyecto surge en la sala de 4 años “c” de la Escuela Bernabé Löpez. El grupo de niños manifiesta poco interés en la música, en el baile y en la comprensión y ejecución de consignas, aptitudes que observo desde el primer día de clases, que me parecen poco apropiadas, ya que en esta edad los niños disfrutan de actividades relacionadas con los lenguajes artísticos. Considero estas actitudes consecuencias de un año de pandemia y al no recibir al año siguiente escolaridad se mantuvo o se acrecentó la falta de estímulos en sus hogares y fueron educados en un entorno en donde no fue favorecida su autonomía. En una situación donde los niños interactúan a través de una canción: “El juego de imitar” en el periodo de iniciación, donde observo que algunos niños no realizan la actividad y mucho menos quieren jugar con el compañero. Una niña manifiesta que no entiende lo que hace el compañero, fue cuando pregunto a todo el grupo ¿les gusta jugar y bailar?; algunos niños responden: si, otros solo con gestos, tímidamente dicen que no saben y otros ni siquiera responden. Rápidamente les pido que se ubiquen en la alfombra y saco una hoja de color y un fibrón y dibujo una carita triste y una carita feliz y pregunto-¿a quienes les gusta estas actividades y a quienes no? registro con nombres las respuestas de los niños y pregunto ¿cómo hacemos para que a todos los niños les guste cantar, bailar, jugar en el jardín?, a lo que una niña muy activa y conversadora responde:- seño podemos hacer así y poniendo en movimiento su cuerpo intenta demostrar a sus compañeros como debían bailar e imitar a través de lo que ella hace. Así surge este proyecto con diversos interrogantes que nos llevan a investigar si era posible que todos los niños puedan disfrutar del canto, del baile y adquirir nuevas habilidades en torno a estas áreas.