El presente proyecto “Hablemos de lo que sentimos” surge de la dificultad que los estudiantes tuvieron al expresar sus emociones vividas ante sus compañeros, pero también demostraron que al poner las emociones en otra persona, o personaje podían hacerlo, entonces se pensó que el problema se debía a la vergüenza que le ocasionaba hablar de lo que sienten a menudo. A partir de esto se planteó como objetivo, fortalecer el conocimiento y la comunicación de las emociones.
Los niños-as deben expresar lo que sienten porque si la emoción se comparte con otros, se alivia. No anular las emociones: estar enojado no es algo malo, por ello hay que permitir que admita esa emoción sin anularla, y pueda ponerla en palabras.
La encuesta que se llevó a cabo dio a conocer que algunos estudiantes confunden emociones con sentimientos, que tienen personas afines con quienes hablan sobre lo que sienten también dieron a conocer, que cuando se enojan usan palabras para dar a conocer su estado y en caso contrario realizan diversas acciones cuando están contentos o felices.
Las actividades propuestas buscaron en todo momento dar el espacio para cuando estén a gusto, crear un ambiente apropiado para expresar lo que a diario viven, valorando a la vez las emociones como aprendizaje.
Las reflexiones de situaciones propuestas y la lectura comprensiva de textos varios también llevaron a logran en gran parte el objetivo planteado, no olvidando un papel fundamental de los juegos llevados a cabo en el proyecto.